Boletín de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, Volume 8

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Biblioteca Menéndez y Pelayo, 1926
Vol. 1 includes "Apéndice: Catálogo-inventario de los papeles de Milá y Fontanals existentes en esta biblioteca. [Impresos]" by Miguel Artigas (42p.) The "Catálogo-inventario de los papeles manuscritos de Milá" by the same author appeared in 1918 with v. 4 of the Revista Crítica hispano-americana as Boletín de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, pliegos 1-3 (49p.).

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Popular passages

Page 225 - Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos: ¡ Nunca, si fuere error, la verdad mire ! Que tantos años de amarguras llenos Trague el olvido ; el corazón respire. Lo has destrozado sin piedad : mi orgullo Una vez y otra vez pisaste insano Mas nunca el labio exhalará un murmullo Para acusar tu proceder tirano. De graves faltas vengador terrible , Dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
Page 240 - Tout prend un corps, une ame, un esprit, un visage. Chaque vertu devient une divinité : Minerve est la prudence, et Vénus la beauté; Ce n'est plus la vapeur qui produit le tonnerre , C'est Jupiter armé pour effrayer la terre ; Un orage terrible aux yeux des matelots , C'est Neptune en courroux qui gourmande les flots...
Page 315 - LA CRUZ ¡Canto la Cruz! ¡Que se despierte el mundo! ¡ Pueblos y reyes, escuchadme atentos ! ¡Que calle el Universo a mis acentos con silencio profundo ! ¡Y Tú, Supremo Autor de la armonía, que prestas voz al mar, al viento, al ave, resonancia concede al arpa mía, y en conceptos de austera poesía el poder de la Cruz deja que alabe! Se asombra el orbe, se conmueve el cielo, de ese nombre al lanzar eco infinito, que aterroriza al inmortal precito en su mansión de duelo.
Page 235 - Dió vuelta hiriendo y matando a los de a pie que encontrara, el circo desocupando, y emplazándose, se para, con la vista amenazando. Nadie se atreve a salir : la plebe grita indignada, las damas se quieren ir, porque la fiesta empezada no puede ya proseguir. Ninguno al riesgo se entrega y está...
Page 301 - No darán á su sueño blando arrullo. ¡ Silencio ! de sus hados la fiereza No recordemos en la tumba helada Que lo defiende de la injusta suerte. Ya reclinó su lánguida cabeza — De genio y desventuras abrumada — En el inmóvil seno de la muerte.
Page 301 - Allí jamás las tempestades braman, ni roba al sol su luz la noche oscura, ni se conoce de la tierra el lloro ... Allí el amor y la virtud proclaman espíritus vestidos de luz pura, que cantan el Hosanna en arpas de oro. Allí el raudal sonoro sin cesar corre de aguas misteriosas, para apagar la sed que enciende al alma; — sed que en sus fuentes pobres, cenagosas, nunca este mundo satisface o calma.
Page 8 - Corte e en todos los sus regnos e señoríos, fuy presente a todo lo que dicho es, en uno con los dichos testigos e...
Page 226 - Tal vez por un momento caprichosa entre ellas revolé, cual mariposa, sin fijarme en ninguna; pues de místico bien siempre anhelante, clamaba en vano como tierno infante quiere abrazar la luna. Hoy, despeñada de la excelsa cumbre, do osé mirar del sol la ardiente lumbre que fascinó mis ojos, cual hoja seca al raudo torbellino, cedo al poder del áspero destino... ¡me entrego a sus antojos!
Page 129 - Una extraña y no vista al mundo idea. Y Hernando de Herrera, que casi nunca usó desta figura, en la elegía tercera: Y le digo señora dulce mía. Y el insigne poeta por quien habló Virgilio en lengua castellana, en la traducción del Parto de la Virgen, del Sanazaro 24 : Tú sola conducir, diva María.
Page 227 - Ellos no alcanzan ollas, y para cocer lo que ellos quieren comer, hinchen media calabaza grande de agua, y en el fuego echan muchas piedras de las que más fácilmente ellos pueden encender, y toman el fuego; y cuando ven...

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